Por Imelda Mercedes Medina, MD, MPH, socia del Rotary Club of Doral (Estados Unidos) y presidenta de la Agrupación «Rotarian Public Health Fellowship»; Adán Amaya, MD, socio del Club Rotario de León-Nicaragua y representante del Distrito 4240 de Rotaract; Irela Pizarro, socia del Club Rotaract de León-Nicaragua); Jorge Alemán, MD, MPH, socio del Club Rotario Metropolitano de León-Nicaragua
La COVID-19 está cambiando nuestras vidas. La Unesco estima que más de mil millones de niños no van a la escuela o a la guardería. Los padres están explorando formas de trabajar a distancia o no pueden trabajar, y pueden quedar desempleados. Para personas en extrema pobreza, estos desafíos son aún peores. Se desconoce cuánto tiempo durará la situación. Y para todos, el distanciamiento social y la mejora de las prácticas de higiene parecen ser la clave de nuestra salud y seguridad.
Esto tiene serias consecuencias para los niños. Sigue leyendo
La COVID-19 está cambiando nuestras vidas. La Unesco estima que más de mil millones de niños no van a la escuela o a la guardería. Los padres están explorando formas de trabajar a distancia o no pueden trabajar, y pueden quedar desempleados. Para personas en extrema pobreza, estos desafíos son aún peores. Se desconoce cuánto tiempo durará la situación. Y para todos, el distanciamiento social y la mejora de las prácticas de higiene parecen ser la clave de nuestra salud y seguridad.
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