El evento anual de un club rotario coreano ofrece a discapacitados visuales la oportunidad de disfrutar de un paseo en bicicleta

Por Seoha Lee  

Fotografía:Seongjoon Cho 

Una mañana de finales de octubre, socios del Club Rotario de Cheongju Dream (Corea), se reunieron con voluntarios en el parque del río Mushimcheon, en Cheongju.

La emoción reinaba en el ambiente cuando los participantes con discapacidad visual, tanto jóvenes como mayores, llegaron acompañados de asistentes sociales para realizar un paseo en bicicleta tándem de cuatro horas de duración.

Desde hace cinco años, el club organiza este paseo para los residentes de Gwanghwawon, hogar para personas con discapacidad visual. Para muchos de los residentes, este evento supone una rara oportunidad para salir de sus instalaciones, ya que muchos de ellos también tienen otras discapacidades que requieren cuidados individuales. La pandemia obligó a retrasar a octubre el paseo del año pasado originalmente programada para el mes de mayo. 

El voluntario y socio del club rotario Shin Tae Byull ajusta el casco de su acompañante al comienzo del recorrido de 24 kilómetros.

Los socios de Rotary y otros voluntarios se emparejan con los discapacitados visuales. Los socios ocupan el asiento delantero y describen el paisaje mientras pedalean entre campos de hierba plateada, flores que se mecen al viento y el sol que brilla en el río bajo un azul cielo otoñal. Los conductores son advertidos de antemano para que vayan despacio y hagan paradas frecuentes, y a mitad del recorrido se hace una pausa para comer antes de volver al parque fluvial. 

Los emparejamientos generaron momentos de alegría. Min Ho Kim, socio del club, señaló que su acompañante, Sang Min Lee, también lo había acompañado en la anterior edición celebrada en mayo. «Es un buen compañero y sabe montar en bicicleta. Hoy será un día maravilloso».

Jae Heung Kim, trabajador social del hogar Gwanghwawon, recuerda cómo este pidió al club que organizara un paseo para sus residentes, y lo importante que este ha llegado a ser. Ahora, muchos de los residentes esperan con ilusión este acontecimiento cada año. 

Después del almuerzo se celebró un concurso de canto. Todos los que deciden participan reciben un cupón de regalo. Won Jung Kim, conocido en la residencia por su forma de cantar, fue el primero en coger el micrófono e interpretar una canción conocida, que todos corearon. Otro residente eligió una canción de K-pop de uno de sus grupos favoritos. 

Esta actividad sirve tanto para dar a conocer el club a la comunidad como para captar socios. Seungho Shin, secretario del club, quien supervisó los preparativos del paseo de este año, señaló que, una vez concluido este, el club recibió varias solicitudes de afiliación.   «Es natural que nos sintamos muy bien porque vemos cómo disfrutan nuestros amigos de Gwanghwawon. Bastantes personas se afiliaron al club después de participar en el paseo como voluntarios. Todos nuestros socios son gente ocupada, pero por muy ocupados que estemos, continuaremos pedaleando». 

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