La vida de una estudiante del Intercambio de Jóvenes de Rotary

Smera Chandan (izquierda), celebra el año nuevo con su familia anfitriona.

Nota del editor: Este post fue redactado en dos partes, la primera durante el año de Intercambio de Jóvenes de Rotary de la autora, y la segunda una vez que esta regresó del intercambio.

Por Smera Chandan

Me llamo Smera Chandan y tengo 16 años. Estoy en clase de inglés. Es una clase para aprender inglés, pero yo lo hablo con fluidez. Así que, ¿por qué estoy aquí?

Soy una estudiante estadounidense del Intercambio de Jóvenes de Rotary y estoy viviendo en Cataluña (España). Comencé esta aventura en septiembre de 2022, y llevo cinco meses rodeada de la gente, la cultura y las costumbres de este hermoso lugar. Ha sido una experiencia increíble.

Comencé mi intercambio el 14 de septiembre en Charlotte, Carolina del Norte. Lo recuerdo como si fuera ayer: de pie en la puerta del aeropuerto, con la cara bañada en lágrimas por tener que despedirme de mis seres queridos, vestida con mi chaqueta de estudiante del Intercambio de Jóvenes de Rotary. La emoción era indescriptible. Sí, dejaba atrás todo lo que conocía, pero lo hacía con mi cuerpo, mi corazón y mi mente para guiarme.

Participar como estudiante en un intercambio siempre me había parecido una idea remota. Pero un día, con quince años, me vi rellenando una solicitud. Mi familia y yo ya habíamos acogido en nuestra casa a cuatro estudiantes de intercambio. Me hace muy feliz decir que, realmente, todos ellos siempre serán familia para mí. Ya había vivido la experiencia de ser una hermana anfitriona. Pero ¿cómo sería ser la «hermana americana» de dos niños catalanes? Eso no me lo podía imaginar porque nunca había tenido un hermano.

Al cabo de un mes y medio, todo empezó a estabilizarse. Me sentí increíblemente bienvenida por mi familia anfitriona. A medida que me sentía más a gusto con ellos, comencé a sentir una sensación de paz. Al empezar la escuela, donde las clases se impartían en catalán, dediqué mucho tiempo a aprender el idioma. También tenía que aprender español.

Como estudiante de intercambio, me sentí motivada a prestar algún tipo de servicio. Empecé a dedicar mis horas extraescolares a ayudar con las clases de inglés en la escuela primaria local. Esto, a su vez, me ayudó a aprender un poco de catalán. Empecé a dar clases de inglés después del colegio para recaudar fondos para la erradicación de la polio. Me hacía sentir bien representar a La Fundación Rotaria y retribuir de algún modo todas las oportunidades que se me habían brindado.

A los tres meses, ya hablaba español con fluidez y ahora hablo catalán, un idioma del que nunca había oído hablar. Empecé a hacer más amigos a medida que fui adquiriendo la capacidad de hablar sobre mis pasiones e intereses.

Participar como estudiante en un intercambio es algo más que hacer las maletas para pasar unas «vacaciones». Es un período para aprender, confiar y aceptar cambios que van más allá del mero entorno físico. Y hay tanto más por venir.

Posdata: 3 de agosto

Hace ya mes y medio que volví a Estados Unidos. Siempre me alegra recordar mi intercambio. Las lecciones que aprendí me permitieron ver el mundo con nuevos ojos y apreciar sus enormes posibilidades. Aprendí cuánta belleza hay en el mundo, incluida la belleza de la sencillez y las conversaciones.

Ahora no solo hablo un nuevo idioma, sino dos. Ahora tengo otra familia increíble a la que recordaré siempre. Sigo en contacto con mis alumnos de inglés y a partir de este curso impartiré algunas clases en línea. Sigo llamando a mis amigos de España para ponerles al día sobre mi vida. Uno de mis amigos de Alemania incluso vino a visitarme y se quedó dos semanas. Como estudiante de último curso de la Pine Lake Preparatory, estoy deseando ir a la universidad, donde espero estudiar comunicación y artes dramáticas.

Lo que aprendí me acompañará siempre. Quiero compartir mis vivencias e historias con otras personas para inspirar a más gente a viajar llenos de curiosidad y con un objetivo en mente. Gracias, Rotary, por esta inolvidable experiencia.


Deja un comentario